Son varios los juegos que recuerdo de mi infancia y este es uno de ellos. Mis padres tenían una tienda, yo salía del colegio a las cinco y hasta que cerraban la tienda podía estar jugando en la calle lo que quisiera; vivía en un pueblo y nos recorríamos todas sus calles jugando al escondite, a pillar, a churro va, al salto de pídola, a la comba, la goma, y como no, a la rayuela o avión.
En la calle que estaba justo al lado de la tienda lo pintábamos montones de veces, en la escuela, en cualquier terreno de tierra...
La rayuela o avión también tiene muchos otros nombres, diferentes formas de dibujarlo, pero la esencia siempre es la misma.
Hace días que me lo llevaba pidiendo Acher, hace tiempo que se lo expliqué pero no lo habíamos hecho todavía... ¡y como le gusta!
Me encanta compartir estos ratos de juego con mi hijo... Eso sí, las reglas no fueron muy estrictas, dejamos pisar las rayas y repetir varias veces hasta que la piedra cayera en el número correspondiente.
La lluvia ya nos lo ha borrado varias veces, pero tiene su encanto volverlo a pintar.
Juegos para no olvidar.