Desde ya hace muchos años que sentía una atracción especial a viajar en furgoneta o autocaravana, llevando nuestra casa a cuestas. No había una que pasara por la carretera o que estuviera aparcada que me pasara desapercibida.
Sin mucho pensarlo y antes de lo pensado, nos hemos lanzado, al final tenemos una furgoneta equipada. La compramos de segunda mano y después nos la equiparon en Tinkervan, que están en Huesca y estamos encantados con cómo ha quedado. ¡Qué ilusión nos hace!
No sabíamos si era la mejor opción para viajar con dos peques de 1 y 5 años, pero como todo en esta vida creemos que tiene sus ventajas e inconvenientes. Nosotros al final nos decidimos por la furgoneta, ya que también la usamos como segundo vehículo.
Como familia estamos muy ilusionados, llenos de proyectos, de lugares apuntados que visitar, de ideas para hacer... Sin duda alguna es un proyecto de familia, momentos que queremos vivir juntos de forma intensa. Nuestra organización familiar no nos permite viajar muchos días seguidos, pero queremos aprovecharla los fines de semana, escapadas que estoy segura que vamos a disfrutar mucho.
Nuestra primera escapada fue a tierras turolenses, al Matarraña.
Nos lo tomamos con mucha calma. El sábado salimos hacia Zaragoza y aprovechamos para hacer algunas compras para acabar de completar el equipamiento de la furgo para las camas, vajilla...
Nuestro primer destino fue Beceite, un pueblo con mucho encanto, que en verano tiene que ser impresionante para aprovechar al máximo su río y sus pozas.
Disfrutamos de un encuentro que había de cabezudos por la celebración del día de la comarca y aprovechamos a visitar el pueblo con el pasacalles.
Me siento privilegiada por poder viajar con mi familia, por contemplar y aprender de los lugares que visito, y así me gusta que lo vean mis hijos, sobre todo el mayor, ya que la peque todavía no puede ser consciente.
Nos encanta observar los pequeños detalles.
Tras el paseo por Beceite y un rato de disfrute de los peques en un parque, nos fuimos hacia Valderrobres, que era donde íbamos a hacer noche.
La noche la pasamos en el área de servicio de autocaravanas que hay en Valderrobres, en el párking público, muy céntrica. Nos instalamos y nos fuimos a dar un paseo nocturno, a cenar y no muy tarde a dormir... ¡Nuestra primera noche en la furgo! ¡Qué emoción!
Fue todo bien, las campanadas de la iglesia desvelaron a algún miembro de la familia, pero nada importante...
Por la mañana nos organizamos estupendamente, me fui con los peques de paseo y así el papi recogía con calma, enseguida nos pusimos en marcha.
Y nos fuimos hacia El Parrizal de Beceite, no tiene pérdida, desde Beceite siguiendo las indicaciones.
Con la furgoneta pudimos acceder hasta el último párking que es de pago (con los peques merece la pena llegar hasta allí en vehículo, pero ojo que con autocaravana ahora ya no dejan). Desde el párking empieza una agradable pista que permite dar un tranquilo paseo con los peques.
La peque tuvo su rato crítico, tenía sueño y no se podía dormir, al final se quedó dormida en la manduca... pero le costó un montón.
Y después empezar a remontar el río hasta su cabecera, en algunos tramos con pasarelas para no tener que meterse en el agua. Como el río iba con mucho caudal, sólo pudimos hacer un trozo, pero estuvo muy bien.
Un bonito paseo para una mañana de domingo, un tiempo espléndido, buena compañía... ¿qué más puedo pedir?
Al terminar nos fuimos hacia el párking que hay una zona de merendero muy bien acondicionada y allí mismo comimos.
Y antes de regresar hacia tierras oscenses, nos dimos otro paseo por Valderrobres, nos gusta pasear por pueblos que tienen encanto... ¡y qué a gusto nos comimos un heladito!
Disfrutando de rincones como este que enamoran (me encantan las fotos que hizo mi chico!)
Hasta aquí nuestra primera salida en la furgo, corta pero suficiente, la disfrutamos. La clave como otras veces combinar salidas por monte, con paseos por pueblos encantadores, búsqueda de columpios y toboganes, ratitos sentados tranquilamente... Así es muy llevadero con los dos peques.
En esta primera escapada ya encontré lo que esperaba y buscaba, estar de forma intensa con mi familia, sin más preocupaciones ni obligaciones. Los fines de semana en casa aunque estemos juntos siempre tienes algo que hacer, estamos juntos ratitos pero enseguida tenemos que poner lavadoras, arreglar una persiana, recoger un cuarto... ¡mil cosas! Al viajar nos permite disfrutar los unos de los otros, charlar, observar, estar juntos de forma mucho más intensa... ¡tenía muchas ganas!
¡Hasta la próxima que será por tierras navarras!