Martillar un clavo, atornillar un tornillo, quitar un clavo con los alicates, desatornillar...
Este peque va creciendo y tiene sus nuevas herramientas, de su tamaño pero de verdad... ¡encantado de la vida!
Cuando se cansó de clavar, le propuse jugar con las lanas y los colores; le gustó la idea. Cortó las lanas y le ayudé a unirlas, que el doble nudo no le salía. Y él fue haciendo su obra a su gusto y disfrutando.
Y su obra así terminó.
Su próximo proyecto dice que es hacer un campo de fútbol. Si lo hace os lo cuento.
¡Feliz día!