En esto estamos en las últimas semanas, aunque va a épocas.
Le regalaron los patines cuando cumplió los cuatro años, y alguna vez los probó, pero tenía poco interés principalmente porque no se aguantaba bien él solo, no era su momento.
Esta últimas semanas le han vuelto a interesar los patines, y ahora ya le está gustando más, ve que él sólo se sostiene y que por tanto puede avanzar. Y como siempre les digo a mis alumnas/os, para un niño no hay mayor motivación que el propio aprendizaje.
Mi única intervención ha sido para que aprenda a caer, porque al aprender a caer ya no tienen miedo a hacerse daño.
Y a partir de aquí, que él mismo vaya probando, de un lado para otro. Juegos sencillos de ir a tocar un color, de dar números y cada número tenga una acción, de pillar y perseguir,...
Hace poco quedamos con unas amigas a patinar y lo pasó muy bien jugando a un montón de juegos, cada uno patinaba a su manera y como podían, cada uno/a aprende a un ritmo diferente.
¡Me los como!