Nos hemos escapado tres días: vacaciones, septiembre, tranquilidad, calma, familia, playa, mar... es lo único que buscábamos por unos días.
Hemos disfrutado y lo único que hemos hecho especial ha sido ir en barco; Acher estaba emocionado con ir en barco, un medio de transporte que no había utilizado y quería probarlo.
Un paseo de media hora, una visión de la tierra diferente, muchísimos aprendizajes en pequeños momentos.
Toda una experiencia para los que somos de interior que nos permite contemplar la grandeza y los encantos del mar.
Volvíamos a nuestro destino cuando los barcos pesqueros regresaban y las gaviotas revoloteaban a su alrededor. Otra vez nos esperaremos para ver su llegada a puerto.
Conversaciones y preguntas durante todo el trayecto, aprender en el día a día es lo más significativo sin ninguna duda.
¡El año que viene más!
¡Hasta mañana!