Estuvimos allí y vinieron aquí.
Amistades que se hacen a lo largo de la vida, elegidas, porque quieres.
Intereses comunes y una forma de ver la vida similar hace que te unas, que te sientas cómoda en conversaciones, que compartas aficiones, que puedas convivir de forma muy sencilla y natural.
Disfrutamos en familia, compartimos muchos momentos y a pesar del frío intenso allí donde estuvimos hubo siempre mucho calor hogareño.
Los más pequeños tuvieron momentos de juego, arte y diversión... pero también peleas, palabras y necesidad de soledad.
La hembra demostró su poderío, y aunque ella llegó tímida y cobarde, enseguida se hizo con los dos machos de la casa e hizo que el gato estuviera ausente el fin de semana.
Los papás también se las tuvieran que apañar entre ellos, muchas gracias a los dos por entendernos.
Y la más peque se dejó llevar por el cariño de su papá y mamá.
Y las guías de la manada, las culpables de ir de aquí para allá se fueron a la feria de Creativa de Zaragoza de compras. Aunque la feria era pequeña y los trozos de tela que nos trajimos también, aquí hay un montón para coser, verdad?
Y no será por falta de telas, porque ella vino con mi pedido en la furgoneta ya preparado, ¿clienta VIP?
Pero es que ya nos habíamos venido de su casa con estas telas de regalo.
Y además, asalté la furgoneta y me quedé con estas...
De su casa nos vinimos con esta camiseta tan chula...
Y en casa, calcamos patrones, ordenamos telas e incluso me hizo un patrón in-situ de una camiseta para el papá. No cosimos.
Hubo intercambios culinarios que ya casi ni recuerdo, todo casero, autóctono y natural. Entre los intercambios de unos y otros hubo mermeladas, patatas, repostería, embutidos, yogur de oveja, setas... ¡todo delicioso!
Tres horas y pico nos separan, un puerto de montaña por medio, pero seguro que nos volvemos a encontrar... ¡pero en primavera, verano u otoño!
Un placer conoceros.
Un placer conoceros.