Un día de estas navidades estábamos comiendo y al terminar Acher cogió un papel y un boli. De repente hizo un círculo, unos ojos, unas orejas... ¡es Acher! -nos dijo-.
Lo guardé, este fue su primer retrato.
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Me sorprendió mucho, es su primer retrato, es la primera cara que dibuja. Sé que hay niños y niñas que los han hecho ya hace mucho con la edad de Acher, pero es que nosotros nunca le hemos hecho dibujos, pienso que son los niños/as los que tienen que descubrir el dibujo por sí solos sin que los mayores les marquemos o les mostremos cómo dibujamos nosotros, me parece un aprendizaje mucho más puro y natural.
Primero jugó -y juega- con los trazos de mil formas y colores, después empezó a dar nombre a algunas cosas que él iba dibujando, lo que surge del azar de las líneas trazadas. Y es la primera vez que dibuja lo que él quiere... ¡que bonito es vivir estos avances de nuestros hijos!

Me sorprendió mucho, es su primer retrato, es la primera cara que dibuja. Sé que hay niños y niñas que los han hecho ya hace mucho con la edad de Acher, pero es que nosotros nunca le hemos hecho dibujos, pienso que son los niños/as los que tienen que descubrir el dibujo por sí solos sin que los mayores les marquemos o les mostremos cómo dibujamos nosotros, me parece un aprendizaje mucho más puro y natural.
Primero jugó -y juega- con los trazos de mil formas y colores, después empezó a dar nombre a algunas cosas que él iba dibujando, lo que surge del azar de las líneas trazadas. Y es la primera vez que dibuja lo que él quiere... ¡que bonito es vivir estos avances de nuestros hijos!
A partir de aquí, una tarde a última hora le propuse una actividad que vi aquí y le gustó. En una hoja en blanco pegábamos varios ojos y a partir de allí dibujábamos a quien quisiéramos.
Participó desde el principio y le encantó la propuesta.
El primer retrato fue fantástico, aunque el resto... ¡ya no nos cabían!
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En un segundo retrato las ubicaciones de la nariz, de los pelos... ¡fueron algo extrañas!
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¡Un rato bien divertido pasamos!
Participó desde el principio y le encantó la propuesta.


En un segundo retrato las ubicaciones de la nariz, de los pelos... ¡fueron algo extrañas!
¡Un rato bien divertido pasamos!