¡Qué divertido y qué sencillo! Y también qué cansado, porque si lo tiras del balcón hacia abajo, ¡hay que volver a subirlo luego!
Así llevamos varios días disfrutando.
Hay muchas ideas por internet para hacerlo, todas muy fáciles. Nosotros hemos recurrido a una bolsa de plástico, cuerdas, un llavero y el muñeco de lego con un estupendo arnés... ¡y a volar!
Giramos las cuatro esquinas, ponemos un poco de celo por delante y detrás para hacer un agujero en cada esquina y que resista más.
Le hacemos un pequeño arnés a nuestro muñeco, en este caso con uno de esos alambres que atan las bolsas.
¡Y con todo preparado, a volar!
¡Salimos al exterior!
¡Y a disfrutar! Probando diferentes formas de lanzarlo, ¿cuál nos va mejor?
Pues esta altura la alcanza lanzándolo previamente doblado, hacia arriba ¡y lo lanzó papá!... ¿no está mal, no?
Y después de tantos vuelos, ¡sigue en perfecto estado!
Y nuestro paracaidista a descansar, que ya le toca.
¡Hasta mañana!